La varicela es una enfermedad vírica altamente contagiosa, que se manifiesta con un exantema generalizado (erupción de la piel, de color rojizo y más o menos extenso), fiebre, malestar general, anorexia y cefalea. 

La varicela es muy frecuente, sobre todo en la infancia, produciendo un exantema típico que permite el diagnóstico clínico en la mayoría de las ocasiones.

La especie humana es el único reservorio del virus varicela-zóster (VVZ). El contagio de la enfermedad es fundamentalmente directo, a través de las gotitas de Pflügge (pequeñas gotitas de saliva que se emiten al hablar, toser o estornudar y que sirven de transporte para los microorganismos que se hallan en las vías respiratorias) emitidas por los enfermos o por contacto con las lesiones cutáneas. 

El contagio indirecto a través de objetos contaminados es raro ya que el virus es poco resistente fuera del organismo. Existe también la posibilidad de transmisión vertical, intrauterina y perinatal, que da lugar a la varicela congénita y perinatal, respectivamente, cuando la gestante no inmune padece la infección durante el embarazo o el periparto. La contagiosidad de la varicela es muy elevada.

La varicela es una infección de distribución mundial.

La vacunación es la medida preventiva para esta enfermedad, además de evitar que el enfermo entre en contacto con otros  niños y adultos susceptibles hasta que el exantema este en fase de costra.

Adultos y adolescentes sanos seronegativos para el virus de la varicela- zóster.

Los adultos nacidos previamente a 1966 pueden considerarse inmunes a la varicela. Los adultos nacidos en 1966 o con posterioridad considerados susceptibles deben ser vacunados, incidiendo especialmente en las mujeres en edad fértil (15- 49 años). Se debe evitar el embarazo en las 4 semanas posteriores a la vacunación frente a la varicela. 

Profilaxis postexposición (prevención tras el contacto con persona infectada) se debe administrar antes de los 3 días posteriores al contacto.

Las vacunas frente a la varicela pueden utilizarse en determinadas inmunodeficiencias en las que, tras una evaluación individualizada, se valore que el beneficio supera al riesgo.

Además de los grupos de riesgo mencionados anteriormente, la vacunación está indicada en: personal sanitario, contactos familiares de inmunocomprometidos, trabajadores de escuelas infantiles, viajeros internacionales.

Inyección por vía subcutánea en la zona deltoidea.

2 dosis con un intervalo de 4 – 8 semas.En la actualidad no hay evidencia de que se requieran dosis adicionales, tras completar la pauta de 2 dosis.

Después de la segunda dosis un intervalo de 4 – 8 semanas en adultos.

La vacuna está contraindicada en personas con historias de hipersensibilidad a cualquiera de los componentes de la vacuna o con reacciones alérgicas a una dosis previa de la vacuna.

Mujeres durante el embarazo o aquellas mujeres con gran probabilidad de quedarse embarazadas.

Personas con enfermedad aguda moderada o grave debe posponerse hasta su recuperación.
Personas con inmunodeficiencias primarias o adquiridas.

Las reacciones adversas son poco frecuentes.

Dolor, picor y enrojecimiento del lugar de la inyección y fiebre escasa entre 5 y 12 días después de recibirla.