En el caso concreto de la enfermería, las actividades se encaminan hacia los cuidados de la salud. Estos, a su vez, han ido variando en relación a los requerimientos sociales de cada momento.
Por ello la enfermería y las demás ciencias de la Salud comprendieron que tenían que ampliar el campo del individuo a la sociedad y que la prevención era incluso más importante. Así se pasó a realizar una atención integral de los individuos, familias y grupos.
En este contexto se sitúa la “Enfermería Comunitaria”, cuyo ámbito fundamental, que no exclusivo, de prestación de cuidados es la atención primaria (Centro de salud, consultorios de atención primaria…) donde se desarrollan actividades para promover, prevenir y, en caso de pérdida, restaurar la salud.
El papel de las enfermeras en la vacunación es fundamental; además de administrar, gestionar y mantener las vacunas tenemos que estar en permanente actualización sobre las evidencias que se generan en torno a ellas, para prestar unos cuidados de calidad, eficaces y eficientes.
La vacunación es un acto primordial para favorecer la salud colectiva potenciando la individual como lo demuestran las enfermedades erradicadas o en proceso de erradicación a través de las vacunas (viruela, sarampión y polio).
La labor de las enfermeras es básica en el registro, control y gestión de las vacunas. La labor de información y divulgación es también muy importante, resolviendo las dudas, inquietudes o preocupaciones que pueda tener la sociedad en general y las personas y sus familias en particular sobre el tema.
No sólo la población general, sino las autoridades sanitarias y otros colectivos dentro de la sanidad, se van dando cuenta del papel tan importante que tienen las enfermeras
Pero para que las vacunas tengan los efectos esperados se requiere de una atención integral, integrada e integradora a la vez que intersectorial en el que tanto profesionales, ciudadanía, organizaciones sanitarias, instituciones y organismos nacionales e internacionales se impliquen de manera clara y decidida.
El compromiso de las enfermeras con las vacunas es total, así como su implicación en el necesario trabajo en equipo que permita obtener los mejores resultados. Las enfermeras, por lo tanto, son un referente claro, necesario y fiable para la población a la que atiende, lo que contribuye a que las vacunas sean identificadas como un valor imprescindible para la Salud Pública.